ARXIU DE SANT JERONI DE LA VALL D’HEBRON

Ja fa força temps que anava al darrera d’una publicació de l’any 1995, que contemplava les diferents actes d’un congrés d’arxius celebrat a la ciutat d’Oviedo entre els dies 13 i 16 de setembre de 1993.

La data de celebració d’aquest congrés, coincident amb el sisè centenari de la fundació del monestir de Sant Jeroni de la Vall d’Hebron, va fer que l’arxiver diocesà de Barcelona, càrrec que ostentava en aquells moments Mossèn Josep M. Martí Bonet, destinés la seva ponència, de manera exclusiva,  a l’arxiu del nostre monestir.

Cal tenir present que aquest arxiu havia patit múltiples guerres, agressions, incendis i a la fi un decret de desamortització, que va obligar d’un dia per l’altre a salvar com es va poder tota la documentació històrica d’aquesta important comunitat monacal. La documentació que es va salvar, es va custodiar durant molts anys a les golfes de l’antiga rectoria d’Horta, on va patir diverses mermes significatives fins a ser recuperat gairebé setanta anys després pel canonge Gaietà Barraquer qui el va traslladar a l’Arxiu Diocesà de Barcelona, indret el qual on es troba a dia d’avui l’arxiu de Sant Jeroni.

Les presses per salvar a temps el que quedava d’aquest arxiu que es trobava a Sant Joan d’Horta, va fer que es salvés de la posterior crema soferta per aquesta parròquia durant la setmana tràgica l’any 1909.

Sigui com sigui, aquest arxiu sempre va quedar en una situació d’una certa precarietat fins que el pare Sanabre primer, i posteriorment, el mateix mossen Bonet el van classificar.

Justament en aquest congrés celebrat a Oviedo, Mn Bonet va explicar el fons de l’arxiu de Sant Jeroni i la seva classificació, ponència que per la seva raresa hem copiat de manera integre seguidament.

Les actes del Congrés estan recollides en dos volums anomenats MEMORIA ECCLESSIAE VII, i l’article abans esmentat, anomenat EL ARCHIVO DE SAN JERÓNIMO DE LA VALL D’HEBRÓN, es troba en el segon volum d’aquesta Memoria, signat per Mn. Josep M. Martí Bonet.

Lluís Jordà i Roselló

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ARCHIVO SAN
JERÓNIMO DEL VALLE DE HEBRON

José M. Martí
Bonet

Archivero
Diocesano de Barcelona

 

El día 28 de junio
de 1993 celebramos el VI centenario de uno de los monasterios más emblemáticos
de la diócesis de Barcelona: el de la Vall d’Hebrón. Con diversos actos hemos
evocado la importancia histórica de ese monasterio en la actualidad
desaparecido y cuyas ruinas se conservan como testimonio triste del célebre
cenobio, en el kilómetro 7 de la carretera que va de Barcelona a Sant Cugat.
Era el año 1393, el 28 de junio cuando el papa Clemente VII de Aviñón firmó el
privilegio de erección del mencionado monasterio, según consta en su archivo
que actualmente se custodia en el diocesano de Barcelona.

Nuestro monasterio
desapareció después de la devastadora desamortización de 1835, como tantos
otros. Como hemos indicado, estaba ubicado en el antiguo camino de Barcelona a
Sant Cugat del Valles, al noroeste de la iglesia parroquial de San Ginés de
Agudells cerca del actual barrio barcelonés de Horta.

Del monasterio,
además de las crónicas que se conservan en su archivo -como un estudio sobre la
«rodalia» del célebre historiador Bruniquer- nos han llegado múltiples
descripciones. Entre ellas, cabe destacar la del doctor Barraquer, 1
la de Mn. Sanabre2 y la del padre José de Sigüenza3.

El cronista
mencionado jerónimo Fray José de Sigüenza nos describe el origen de ese
monasterio: «Aquí por ser lugar tan acomodado para la vida solitaria y de
contemplación se recogieron algunos varones prudentes desengañados del mundo,
en el mismo tiempo que en Castilla, Valencia, Portugal, y otras partes se
retiraron nuestros padres con el mismo deseo de hacer vida eremítica, imitando
a San Jerónimo, pretendiendo ser sus hijos, tocados de la mano poderosa del
Señor… En prosecución de su deseo, convidados del lugar, edificaron luego una
capilla a invocación del Doctor santísimo. Hicieron al derredor algunas
celdillas pequeñas donde se recogían a sus ejercicios particulares, y donde
reposaban alguna parte pequeña de la noche. El principal y como padre de todos
era un sacerdote llamado fray Francisco Soler. Tenían alguna forma de comunidad
y de obediencia, aunque sin algún voto, ni otras reglas, sino de la caridad y
penitencia, su vida y ejemplo grandísimo; vivían con grande estrecheza, y si el
lugar no fuera de tanto deleite pudieran en lo demás compararse con los muy
señalados santos de los yermos. De aquí vino que el valle perdió su primer
nombre, y todos los comarcanos le llamaron el valle o el collado de los santos
ermitaños de san Jerónimo. Los siervos de Dios, porque no tuviese el suyo ni el
primero, le llamaron el valle de Hebrón, por las consideraciones que a ellos
les pareció, ansi por la semejanza y la fertilidad y frescura con aquel insigne
valle de Mambre, donde vivió el santo patriarca Abraham … Como por tener
algún nombre de la Tierra Santa donde vivió su padre San Jerónimo. De estos
ermitaños llegó al fin la noticia a la devota reina doña Violante o Yolante,
según mujer del rey de Aragón llamado don Juan el segundo. Acordó hallándose en
Barcelona el año de mil y trescientos y noventa y tres ir a visitarlos como en
realidad lo efectuó. Tanto ella como los caballeros que la acompañaban quedaron
aficionadísimos a los ermitaños, y enamorados del sitio, que parecía un Paraíso
y ellos unos ángeles … Consideraba la estrecheza que tenían en todo, en el
hábito, y en la comida y aposento (parecían, las celdillas, más sepulturas de
muertos que moradas de vivos), acordó de darle a todo mejor forma. Mandó luego
que les proveyesen lo que hubiesen menester para sustentarse y vestirse, porque
padecían mucho trabajo en buscarlo, que aunque les bastaba, poco estimaban en
mucho el tiempo que ocupaban en adquirillo. Concibió luego un santo propósito
la reina, movida de la devoción de san Jerónimo y de sus ermitaños de edificar
en aquel lugar un monasterio de su orden nueva del santo doctor que en España
cobraba tanto nombre: declaróles su propósito a los siervos de Dios, diciendo
que, pues ellos tenían tan por su patrón a este insigne doctor, si ellos
querían juntarse con los religiosos que ella traería a poblar el nuevo
monasterio, vivirían en más quietud y en mayor y más segura perfección de vida.
Los ermitaños alzaron las manos al cielo haciendo gracias a Dios porque no
había despreciado sus ruegos, besaron las de la reina por la merced que les
hacía, y ansi se despidió de ellos. El primer paso que dio la reina en la obra
de esta fundación fue alcanzar el consentimiento de su marido, el rey, quien
alabó su propósito, y luego concedió al monasterio proyectado la inmunidad de
tributos, y que todo lo demás gozase de las libertades y exenciones que él y
sus antepasados habían concedido al real monasterio de Poblet. Acudió
igualmente al papa Clemente VII, quien para la fundación delegó en bula del
mismo año de 1393 al obispo de Lérida y al deán de San Pedro de Aviñón.
Señalaron luego los reyes, para manutención de la comunidad, una pensión anual
de doscientas libras barcelonesas, procedente de sus rentas, y aprontaron
dinero para la obra. Con permiso del cardenal de Valencia ( que en este tiempo
los jerónimos dependían del ordinario del lugar) trajo la reina a Barcelona el
prior del monasterio de Cotalva, fray Jaime Juan, y siete de sus monjes, a los
cuales el comisario apostólico puso en posesión de la ermita y celdas de Hebrón,
de antemano reparadas, y ansi quedó hecho aquel sitio monasterio de la orden de
san Jerónimo en 18 días de octubre de 1393. Tenía también la reina hecha otra
diligencia bien extraordinaria, y la primera que se hizo en la orden de san
Jerónimo, que alcanzó del papa Clemente VII otra bula para que el prior y
convento de Valdebrón fuese exempto de toda otra jurisdicción de los
ordinarios, ansi de la jurisdicción del arzobispo de Tarragona como del obispo
de Barcelona, y que en todo fuesen inmediatos a la sede apostólica.

»Hechas todas estas
diligencias, quisiera la devota reina, por no ver a sus nuevos jerónimos en tan
estrechas celdillas, comenzar luego el edificio del monasterio como lo tenía
pensado: no pudo porque estaba ya a la boca del invierno, entre tanto se apearon,
y tasaron las tierras que estaban marcadas para heredad, sitio y fábrica,
pagólas luego con mucha liberalidad. Eran muchas y de muchos dueños y sus dos
procuradores, tesorero y camarero se dieron tan buena maña … que en poco
tiempo lo concluyeron todo y lo dejaron muy llano haciendo muy firmes asientos
y escrituras. El sitio donde se plantó el monasterio era de Bernardo de Pla,
maestro de capilla de la catedral de Barcelona, y le ofreció con mucha voluntad
por la devoción que tenía al santísimo Doctor de la Iglesia san Jerónimo …
Abrieron los fundamentos de la fábrica real a 14 de julio año de mil y
trescientos y noventa y cuatro, continuándose con calor hasta el de 97, época
en que la edificación sufrió suspensión por la muerte del rey. Retiróse doña
Violante al monasterio de Pedralbes, mas desde el silencio de este claustro
siguió socorriendo y procurando la continuación de la obra aún a costa de
sensibles privaciones … Labró, pues la devota señora toda la iglesia desde
sus fundamentos con cuatro capillas muy grandes, sin la mayor, que es de mucha
majestad, y de lo bueno de aquel tiempo. Cubrió toda la iglesia de arcos de
piedra: en las cuatro claves de ellos, antes de la capilla mayor, puso las
armas reales: en la parte derecha del escudo las de Aragón, en la otra dos
flores de lis, y dos peces que parecen barbos; en la clave del arco de la
capilla mayor puso la figura de su gran devoto san Jerónimo. Quedó la iglesia
muy bien acabada y devota, adornada también con cruces, cálices, patenas,
ornamentos y otras joyas de plata con que se sirviese al altar … » 4.

La protección de los reyes y reinas de la
corona de Aragón especialmente de doña Violante fue decisiva. En pocos años
alcanzó gran importancia con servando la
característica de ofrecer un lugar seguro para el recogimiento y oración;
lugar, por otra parte, muy cercano de Barcelona lo cual ayudó enormemente a las
buenas personas que podían recibir de él reflexión, consejo y acogida
espiritual. Recordamos, por ejemplo, a san José Oriol (s. XVIII) que se
retiraba con mucha frecuencia en ese lugar privilegiado para orar. Vall d’Hebrón
se granjeó el afecto de muchos barceloneses y extendió su influencia y
jurisdicción por sus alrededores. A través de los seis siglos de existencia
recibió múltiples posesiones y derechos. Entre esos cabe destacar el derecho de
patronato sobre tres parroquias: Cerdanyola, Horta y San Ginés de Agudells.

Según lo que se puede deducir de sus
colecciones archivísticas el archivo y biblioteca eran muy ricos. En el mes de
julio de 1835 el monasterio fue asaltado y devastado. Sin embargo, una buena
parte del archivo pudo trasladarse a la casa rectoral de San Juan de Horta, en
donde estuvo depositado hasta el 19 de noviembre de 1902, en cuya fecha, por
disposición del Sr. cardenal Casañas, obispo de Barcelona, fue recogido por el
meritísimo investigador canónigo Dr. Cayetano Barraquer y el archivero
diocesano (seglar) Sr. José Peray y trasladado al archivo diocesano. Según nota
del encargado de la vicaóa de San Juan de Horta «fueron entregados seis sacos
de documentación, conteniendo 9 paquetes de pergaminos y 36 de papeles». Casi
desde esta fecha hasta el 1974 se conservaron intactos esos paquetes. En la
actualidad se han clasificado, inventariado y catalogado esos fondos
archivísticos.

La historia de este
archivo durante el siglo pasado, la narra el Dr. Barraquer; la realidad no
puede ser más dolorosa. El Dr. Barraquer transcribe el comentario de unos
sabios excursionistas que le visitaron el 19 de agosto de 1877. El Centre
d’Excursionistes de Barcelona publicaba un boletín de gran interés para la
arqueología, historia y archivos. A él debemos acudir repetidamente cuando
tratamos de investigar los bienes culturales de Catalunya. La concreta
descripción de la riqueza del archivo de Vall d’Hebrón es amplia y nos dice
textualmente que en él hay «interessantíssims plechs de privilegis reials»5
• En ese informe del Centre d’Excursionisme de Catalunya se dice que el
responsable del archivo de Horta cedía a los visitantes documentos. De esa
actitud el Dr. Barraquer se lamenta con esas palabras: «Muy de alabar creo el
espíritu de investigación y amor a la tierra del relator, mi muy querido amigo
y príncipe en las artes del libro, pero muy digno de censura el infiel
guardador de dichos documentos que, sin derecho a disponer de ellos, fácilmente
los cede. Condolido profundamente por la frágil custodia de las riquezas que
quedaban en Horta, el que escribe estas líneas, en 1902, acudió al sr. cardenal
obispo de Barcelona el cual, por oficio del mismo mes y año, comisionó al Rdo.
Sr. Dr. D. José Mª de Alós, D. José de Peray y March, archivero del palacio
episcopal y a mí, para recogerlos. En 19 de noviembre del propio 1902 los
trasladamos al archivo episcopal de Barcelona. Pero, ¡oh dolor!, sólo un sello de
cera hallamos en ellos, y esto nos hizo sospechar si, como los sellos, habrían,
en el lapso de 1877 a 1902 desaparecido aquellos documentos, además de los
cedidos.»6.

Obviamente la
documentación de ese monasterio no sólo tiene interés para la historia a la que
perteneció, sino también a las parroquias que de él dependieron durante muchos
siglos: San Ginés de Agudells, Horta y Cerdanyola; también muchos documentos se
refieren a Tamarit (Tarragona), legados al convento por Jaime Cristóbal de
Guimerà en 1613. La resistencia de los habitantes de Tamarit a satisfacer al
convento lo que se le debía a su monasterio, motivó no pocos pleitos y reclamacions.
Lo mismo  se puede afirmar de otros
dominios que el mencionado Guimerà poseía  en Ciutadilla.

Hay en el archivo
de ese monasterio 620 pergaminos entre los cuales se encuentran algunas bulas
pontificias y no pocos privilegios reales, testamentos, ventas,
establecimientos de censos, ápocas. Un registro conlas profesiones de los
religiosos, 1669-1805; otro de las defunciones, 1809-1835, y cudernos de las
rentas de la casa, en los que se regsitraban los derechos  del monasterio; destacando entre ellos un
estudio sobre la Rodalia
redactado por Bruniquer, desgraciadamente muy mutilado; y un índice  general de todas las pensiones que percibía el
conveto.  sobre la celebración de misas.
Cual grandes legajos de establecimiento rios, etc.; otro con procesos
relaci< expedientes para demostrar la pureza de sangre de los miembros de la
comunidad; 7 manuales notariales, etc.

La clasificación de
toda esa documentación aún està en una fase primera, sin embargo podemos
ofrecer la siguiente guia.  

l. PERGAMINOS E
HISTORIAL
7

1.1 (caja 12)
Privilegios reales y papales. Bulas de los papas Clemente VII de Aviñón,
Nicolás V, Pablo III…Privilegios de los reyes Juan II, Felipe II…de la
reina doña Violante. Hay también un libro encuadernado en pergamino que tiene
el siguiente epígrafe: «Privilegios reales, concedits per diferents reis de
Aragó y confirmats per molts reis de España al Real Monestir de Vall de
Hebron». También se encuentra en dicho legajo un «decretum in favorem
praelatorum regularium» del Concilio tridentino.

1.2 (caja 25)
Privilegios reales. El legajo consta de 50 piezas que van del siglo XV al XIX.
Hay privilegios de los reyes (Juan II, Femando II, Martín el Humano …).
También se incluyen en ese legajo tres breves pontificios del papa Benedicto
XIII para la reducción de misas, así como testamentos, reducción de impuestos,
etc …

1.3 (caja 7)
Pergaminos de compra-venta de los años 1541-1656 y de la fundación del
monasterio por la reina D ª Violante /año 1393). Hay dotalías y otros derechos
sobre Cerdanyola, Horta, Mas Alió … También hay un opúsculo que tiene el
siguiente epígrafe: «directorio de la administración de les principals finques
del monestir».

1.4 (caja 8) Indice
de Bulas y registro de derechos del Monasterio: 3 libros y 4 cuadernillos.
Entre los primeros hay un libro de «Actas del monasterio» referentes a las
posesiones en la ciudad y territorio de Barcelona.

2. ACTAS
CAPITULARES, PROFESIONES Y OBITOS

2.1 (caja 20) Actas
capitulares: libro encuadernado en pergamino de 477 folios enumerados en el
cual se transcriben las actas del monasterio del año 1752 al 1835.

2.2 (caja 20)
Profesiones religiosas: relación de todos los que profesaron en el monasterio
desde el año 1669 al 1805.

2.3 (caja 20)
Obitos: libro encuadernado en pergamino sin foliar cuyo epígrafe dice: «llibre
d’obits de religiosos morts en el Monestir des de 1809 al 1849».

3. CELEBRACION
DE MISAS

3.1 (caja 30):
«Memorial deis aniversaris i Misses celebrades en Vall d’Hebron» 1773-1834.
Hojas sueltas.

3.2 (caja 14):
libro encuadernado en cartón que tiene el siguiente epígrafe: «Misas que se han
de celebrar cada año en nuestro real Monasterio de San Gerónimo de Vall de
Hebron segun la ultima reducción del 1819». 98 folios.

4.
ADMINISTRACION

4.1 (cajas 5 y 6)
Renda ordinaria y extraordinaria: dos libros encuadernados en pergamino de 200
folios cada uno. Algunos folios están en blanco. Van del año 1815 al 1835.

4.2 ( cajas 17 /l,
17 /2, 17 /3, 17 /4, 17 /5) Establecimientos, ventas, censales, concordias,
fundaciones. Hay 500 cuadernillos muy mezclados que van del s. XVI al XIX.

4.3 (caja 9)
Capbreus i llevador de delmes del monasterio. Tres libros y diez piezas
referentes a la administración del monasterio (siglos XVXVIII).

4.4 (caja 11)
Establecimientos y adminstración de los mismos. Contiene 3 libros y 13
cuadernillos referentes a las diversas entradas y salidas de censos, censales,
compras y ventas (siglos XVI-XIX). 4.5 (caja 4) Procura: «Llibre del gasto
ordinario de la procura y comensa en lo any 1815». Encuadernado en pergamino,
sin numerar. Empieza en el mes de enero del 1815 y termina el 1835. 444 folios.

4.6 (caja 3) Notas
del monestir: 50 cuadernillos y papeles sueltos referidos al gasto del vestido,
aceite, calzado, limpieza de la ropa … , del año 1799 al 1820.

5. TESTAMENTOS

5.1 (caja 18)
Testamentos (ss. XV-XIX) 440 folios sueltos

6. PROCESOS

6.1 (caja 19)
Procesos (ss. XVI- IX). 444 folios sueltos.

7. LIMPIEZA DE
SANGRE

7.1 (caja 26)
«Exploració deis que pretenen professió religiosa segons vida, bones costums i
llimpiesa de la seva descendencia que son cristians vells, nets de tota ra9a de
jueus, moros, conversos y de altra quansevol secta reprovada». Libro
encuadernado en pergamino. 440 folios. Años 1714-1754.

7.2 (caja 27)
Exploración de religiosas. 42 legajos con el siguiente epígrafe: «Exploració
deis religiosos que pretenen professió, segons vida, bones costums y limpieza
de la descendencia que son cristians vells, nets de tota rac;a de jueus, moros,
conversos y de altra quansevol secta reprovada». Años 1756- 1804.

8. POSESIONES,
DERECHOS FORANEOS AL TERRITORIO DEL MONASTERIO

8.1 (caja 15)
Límites de la parroquia de S. Ginés deis Agudells. 15 legajos con copias de
documentos que empiezan en el año 1307.

8.2 (caja 16)
Posesiones y administración de las mismas de St. Genís deis Agudells. Diez
libros y 5 cuadernillos, (ss. XVII-XVIII).

8.3 (caja 16)
Marmesonerias: 10 libros y 5 cuadernillos sobre la ejecución de testamentos
(ss. XVI-XVII). Hay mención de los albacenazgos de Rafael Castelló, Félix
Casalims, Casau de Sant Pere de Martorell, Salvador Camps, Joan Xixons.

8.4 (caja 24)
Manuales notariales referentes a las posesiones en Horta y Sant Genís deis
Agudell . Hay tres libros que van del 1696 al 1733. Anejo a un libro de estos
hay la libreta de comuniones de Sant Genís deis Agudells que abarcan los años
1786 al 1852.

8.5 (caja 13)
Derechos del Monasterio a las décimas de Harta y Agudells: 7 libros que van del
año 1627 al 1792 y 13 cuadernillos (ss. XVII-XVIII). Entre los libros hay uno
que tiene el siguiente epígrafe: «Vindicació deis drets parroquial sobre la
parroquia de Sant Genís deis Agudells» 145 folios enumerados. (Principios siglo
XVIII). Tiene gran interés por describir las masías de Horta. 8.6 (caja 10)
Llibres d’obreria de Sant Genís deis Agudells y aniversarios de misas: 4 libros
y 12 cuadernillos del año 1591 al 1790.

8.7 (caja 22)
Administración de la parroquia de Cerdanyola: 50 cuadernillos en los cuales hay
mezclados memorias históricas, masías, censales, aniversarios de misas,
primicias, etc … (ss. XVI-XVIII).

8.8 (caja 29)
Contratos. Parroquia de Cerdanyola: 4 libros (años 1465- 1622). Referencias a
Miguel Mir.

8.9 (caja 2)
Memoriales de la carlania de Tamarit. Censos, capbreus … 33 cuadernillos que
van del 1380 al 1613.

8.10 (caja 21)
Documentación de la casa Guimera, Bruguera y Flaquer (testamentos, concordias,
recibos … ) 60 cuadernillos que van del 1440 al 1690.

8.11 ( caja 1)
Documentación varia de las posesiones del Monasterio en Barcelona y Tamarit
(ss. XVI-XVII). 34 cuadernillos.

8.12 (caja 23)
Marmesonerías del pueblo de Montroig, Harta Martorell: 4 libros y 6
cuadernillos (ss. XVI-XIX).

                                                                                 
 * * *

Llama poderosamente
la atención la cantidad de documentos sobre la limpieza de sangre de los
profesos. Obviamente esos procesos previos a la profesión religiosa tuvieron su
causa en la misma inquisición española. Es sabido que hubo ya en el s.XV
judaizantes que se introdujeron en algunas congregaciones para pasar así
desapercibidos. La orden de los jerónimos, de regla no demasiado severa, fue la
preferida. Un jerónimo denominado fray Juan de Madrid llegará a declarar que
«no se había metido fraile salvo para guardar mejor la ley de los judíos porque
en el monasterio no era así visto». Fingiendo estar enfermo, el Prior del
Monasterio de La Silla, Fray García de Zapata, llegaba incluso a observar la
fiesta del Tabernáculo, sin que nadie reparara en él. Un caso extremo fue el de
Fray Diego de Marchena, del monasterio de Guadalupe, que llegó a profesar sin
haber sido nunca bautizado. Fue quemado vivo en Toledo en 1485. Esta
posibilidad de camuflaje no duró mucho tiempo. La inquisición tomó cartas en el
asunto y la condena por judaismo de varios jerónimos desacreditó a toda la
orden. En 1486 se hará público un estatuto especial prohibiendo a todo converso
y descendiente de converso el acceso a las dignidades de prior, vicario o
confesor del Monasterio de Ntra. Sra. de Guadalupe.

No era esta la
primera vez que se dictaban medidas de discriminación racial contra los nuevos
cristianos. En 1482, la corporación de albañiles de Toledo tenía prohibida la
comunicación a todo converso de los secretos del oficio y en Guipúzcoa no
podían ni siquiera instalarse.

La primera
tentativa de ley racial, no contra los judíos sino contra los conversos,
remonta al reino de Juan II de Castilla. Cuando en 1449 el condestable D.
Alvaro de Luna quiso recaudar en Toledo (en contra de los privilegios de la
ciudad) un impuesto de un millón de maravedises para financiar la guerra contra
Aragón, la población se levantó en armas. Un rico negociante, de origen judío,
Alonso Cota, fue detenido por responsable de tan impopular medida y el Alcalde
mayor, Pedro Sarmiento, que había acaudillado la rebelión, aprovechó la ocasión
para proclamar una Sentencia estatuto por la que los conversos eran asimilados,
pura y simplemente a los judíos y, por consiguiente, quedaban excluidos de todo
cargo importante.

En un breve del 24
de septiembre del 1424 el papa Nicolás V condenó firmemente esta Sentencia
estatuto argumentado que había que respetar las sagradas escrituras y no hacer
diferencia alguna entre viejos y nuevos cristianos, del mismo modo que S. Pablo
no distinguía entre judíos y griegos porque «no hay acepción de personas en
Dios» (Epístola a los Romanos II, 11).

Al denunciar las
sentencias cismáticas de la Sentencia estatuto el soberano pontífice prohibía
oficialmente que los conversos fueran objeto de medida discriminatoria alguna.

Amparados en esta
decisión papal, los jerónimos consideraron que podían apelar contra el estatuto
que se les habían impuesto en 1486. Con este motivo se desencadenó una
controversia en el seno de la orden que no cesó hasta la intervención de
Alejandro VI (un papa español) que anuló en 1495 la decisión de su predecesor
Nicolás V. Ahora se estipulaba la exclusión total de toda persona de
ascendencia judía, puesto que ningún neófito, hasta la cuarta generación, podía
aspirar a ingresar en la orden de S. Jerónimo.

En la práctica no
se había, sin embargo, esperado a la oficial toma de posesión del papa. Ya en
1488, el colegio de Santa Cruz de Valladolid cerró sus puertas a los conversos.
Es posible que en esto siguiera el ejemplo del colegio viejo de San Bartolomé de
Salamanca. La aprobación papal del estatuto de los Jerónimos en 1495 no hizo
sino oficializar un comportamiento nada excepcional. Es así como en 1486, el
inquisidor general Tomás de Torquemada, de ascendencia judía, obtuvo de la
Santa sede la autorización de incluir un estatuto de pureza de sangre en la
regla del monasterio de Santo Tomás de Aquino que él había fundado en Avila. Al
año siguiente, el colegio de San Antonio en Sigüenza publicaba un Statutum
contra hos hebraeos
.

En 1522 un decreto
de la Suprema, es decir, de la misma inquisición, prohibía a los estudiantes de
sangre hebrea la asistencia a las aulas de las universidades de Salamanca,
Valladolid y Toledo. En 1525 es la seráfica orden de los franciscanos la que
exige el certificado de pureza de sangre. Como era de esperar, los capítulos de
las catedrales no quedan a la zaga: Sevilla se suma al movimiento
discriminatorio en 1515; Córdoba, en 1530. Tras una larga controversia, el
arzobispo Silíceo (su verdadero nombre era Guijarro) impuso a su vez el
estatuto de sangre en 1555, fecha en la que el papa Pablo IV ratificó la
medida.

Cierto es que otros
capítulos catedralicios no exigieron de sus miembros la condición de cristianos
viejos. Eso permitió por ejemplo al autor de un Discurso a favor del santo y
noble estatuto de la limpieza (1638) afirmar que «ha sucedido por esto que alguno
que no pudo ser dignidad en una catedral de estatuto por sus buenas partes, fue
obispo de uno de los más ricos obispados de España. Así que no tienen porque mostrarse
sentidos los que no son cristianos viejos, sino estar contentos con su suerte».
Con todo y con eso, la pureza de sangre será en adelante, en España, una de las
condiciones del éxito social. Para cursar estudios en un colegio famoso, para
la obtención de una sustanciosa prebenda, habrá, que dejar bien establecido que
ninguno de los antepasados del impetrante (hasta la cuarta generación) ha sido
condenado por el santo oficio y que toda su família está integrada por
cristianos viejos. Este es precisamente el contenido de nuestros procesos de la
Vall d’Hebrón. Y como siempre en derecho, es menos importante el hecho que la
prueba del hecho, auténtica o no, hubo quienes con dinero por delante, pudieron
conseguir verdaderos falsos testimonios que acreditaban unos origenes inmaculados.
Pero, desgraciado quien llevava un apellido sospechoso (un mote o el nombre de
una ciudad, por ejemplo). A nadie  podia
hacer creer en su inocencia. Bien lo sabía Quevedo cuando, para divertir a sus
lectores puso al maestro de Pablo el nombre de D. Diego Coronel, el mismo que el banquero de los Reyes Católicos,
Abraham senior, había adoptado para sí el dia de su bautismo: «escudos hacen
escudos».

Este concepto de
pureza de sangre -que no se da en ninguna otra parte de la cristiandad-
completa y aclara singularment el papel especifico de la inquisición española.
Mientras que, desde un punto de vista teológico cada uno es «hijo de sus
obras», y que en función de éstas debe ser juzgado, cuando de cristianos nuevos
se trataba no bastava con ser inocente uno mismo. Ni con los judios, como se
decía entonces) para ser considerado sospechoso. Y el  bautismo, que según la doctrina de Jesús,
borra todos los pecados, no podia nada contra este.

Inquisisción y
estatuto de pureza de sangre se aunaron para
rehusar categóricamente la integració de
una Sociedad en otra. Y en la orden jerònima 
ese rechazo fue cinstante hasta su extinción.

 

NOTAS

1.-
C. BARRAQUER, Las casas de los religiosos (Barcelona 1918), vol. 2, págs.
245-253.

2.-
J. SANABRE, La guía del archivo diocesano de Barcelona (Barcelona 1946), págs.
116-118.

3.-
J. DE SIGÜENZA, Segunda parte de la Historia de la Orden de San Jerónimo
(Madrid 1600), págs. 137-144.

4.-  J. DE SIGÜENZA, Segunda parte … , págs.
138-141.

5.-
Memòries de I’ Associació catalanista d’excursions científiques 1876-1877:
Butlletí 1880, pág. 93: «Excursió a Horta -19 agost 1877.- Reunits en la
Rectoría d’Horta ahont restan ignora! l’arxiu y biblioteca del monastir de sant
Jeroni de Val! d’Hebron, lo presiden! Sr. Fiter e Inglés, lo Tresorer D. Marsa!
Ambrós, D. Joseph Navarra y lo infrascrit (don Eudalt Canibell) a tres cuarts
de deu del malí pera investigar la munió de interessants documents que
existeixen en las golfas, comensarem l’escorcoll per los !libres que formarían
part de la biblioteca, deis que l’infrascrit n’alsa un petit inventari.
Seguidament regirarem interessantíssims plechs de privilegis reals de nostres
celebrats comtes-reys. Restan alli documents del sigle XI y de tots los successius
fins al actual, rivalisant en importancia. Mes que notable es la coleccio
sigilografica que allí brilla; no menys ho és la deis autografos celebres d’un
interes inestimable. Entre ‘Is manuscrits notables que vegeren figura en primer
lloch I’immens volum de les biografías deis monjos de Sant Jeroni de la Vall
d’Hebrón y un nobiliari de la familia Pellicer, parten pergamí, qua! notable
portada ostenta I’escut de la familia magníficament ilumina!».

 «Bellas, variadas y originals en extrém son
moltas de las inicials deis documents perlo que’s recomanan alguns com a
travall caligrafich.»

«A
fi de ordenarho en lo que fos posible ferem varias divisions retiran! apart lo
que d’aprop nos interessava, demanant al sr rector que ho cedis a la
associació, tola vegada que’s forma un arxiu en lo que seran conservats aytals
documents del modo degut, com a tresor historich que són.»

«Va
cedirlos, y desde avuy lo nostre arxiu ja es rich; galantes lo nombre de
documents dat lo pochs temps de fundació que comta, y ja figuran en ell los
autografos d’En Pere IV de mala memoria, de sa esposa Na Eleonor; del calumnia!
Joan I l’aymador de la gentilesa, de loan II I’escarceller de son fill, lo
desgraciat princep de Viana, de’N Alfons V d’ Aragó, d’En Enrich de Villena,
d’En Martí /’huma, Ferran lo catolich, Ferran d’Antequera, de Na Violan! de
Bar, fundador del monastir de sant Jeroni de Vall d’Hebrón, y de altres no
menys notables. Entre’Is segells hi figuran casi’Is de tots los personatjes ja
mentats y deis extingits monastirs de Cotalva y Scala Dei ja raríssims, lo del
papa Pio 11, lo de la colegiata Sant Felix de Girona y lo de la Santa Crehuada».

«Molt
varem fer y encara no es una desena part de lo que fer se poi en aquella rica
mina d’historichs documents. Arregla! del mellor modo possible tot lo deixarem
a aquell lloch tant apropia! a las nostras aficions; alli sentats al costal
d’objectes retrospectius plens de pols, dessota teulada, rebent llum tan sois
per una reixeta, en lo centre una taula plena de !libres y caragolats pergamins
ab lo penjant segell, no’s recordavam de altra cosa puix l’esperit
d’investigacio i de la terra embrasava nostres cors – Extracte de I’ acta
firmada per los srs. President y Secretari 2n de I’ Associació».

6.-
BARRAQUER, Los religiosos en Catalunya (Barcelona 1926) vol. IV, págs. 141-142.

7.-
La numeración en paréntesis es la misma d mera clasificación. El elenco es el
siguier d’Hebró. Caja nº 1: administración, granja · Guimera, Tamarit,
Barcelona 1598-1700; c, tuari) 1818-1827; caja n º 4: gastos ordinaris caja n º
6: renda ordinaria 1821-1835; caja n’ n º 8: registres, inventaris, índex
documents rendes, censos i censals 1580, 1650-1765; XVII) primícies s. XVIII;
caja n º 12: privil primícies: cases rectorals, masies d’Horta s 1835; caja n º
15: concordies: St. Genís d’ d’Agudells. Martorell, etc.; caja n º 17, lega
XIX; caja n º 17, legajo 2: vendes, censals, jo 3: vendes, censals,
concordies, fundacio1 concordies, fundacions s. XVI-XIX; caja n’ s. XVI, XIX;
caja n º 18: testaments 1360-1! 19, legajo 2: processos: sentencies; caja n º
capitulars 1752-1835. Defuncions 1809-1849, Professions 1669, caja nº 21: Cases
Guimerà, Bruguera, Feaguer 1559-1629; caja n º 22: Historia, misses,
Confessions. St. Martí Cerdanyola s. XV-XVI; caja n º 23: Marmesories de
Mont-roig, etc. 1507-1818; caja n º 24: Horta, St. Genís. Manuals notaríais
1596-1734 (1786-1852); caja n º 25: Privilegis reíais: pontifiis s. XIV-XVII;
caja n º 26: Limpieza de sangres s. XVIII; caja n º 27: limpieza de sangre s.
XVIII-XIX; caja n º 28: limpieza de sangre s. XVI-XVIII; caja n º 29:
Contrastes. Cerdanyola 1508-1636; caja n º 30: memorial d’administració. Misses
1773-1830. Varis lligalls sense numerar. Documentació varia.


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