Continuant amb la
nostra voluntat de fer arribar a totes aquelles persones interessades en la
història del monestir de Sant Jeroni de la Vall d’Hebron, diferents textos que
en parlin i en facin avinent de la seva vida, patrimoni i cultura, recullo avui
un text que crec pot ser del màxim interès, poc tractat pels historiadors i
força desconegut alhora. Em refereixo a la descripció de Sant Jeroni que recull
el volum X del Diccionario Geográfico Universal.
La importància del
que assenyala el Diccionario Geográfico Universal en
relació a Sant Jeroni de la Vall d’Hebron és cabdal, malgrat ser la
referència que hi figura massa breu, però és de les poques ressenyes anteriors
a la destrucció definitiva del monestir i justament és aquí on rau la seva
importància.
L’any d’edició del
volum X Del Diccionario Geográfico Universal, 1834,
és molt poc temps anterior a la desamortització de 1835, i ens descriu tal i
com era el monestir i l’entorn immediat durant els seus darrers temps de vida. Per
aquest motiu crec oportú transcriure de manera literal el seu contingut. (pags.
378 a 380)
“VALL-DE-HEBRON (SAN GERONIMO DE), monasterio de Gerónimos en Esp., prov.
de Cataluña, corregim,. Obisp. y a 1 legua N.N.O. de Barcelona, en el distr. de
San Ginés de Agudells de Horta. Sit. en lo alto de un valle que se forma en la
cordillera de colinas que cierra la cuenca del llano de Barcelona, entre el
punto culminante de la montaña de Collserola, llamado Tibi-Dabo y el
Turó de Santa Maria que domina al monasterio, en terreno en estremo
pedregoso des de el que se goza en punto de vista el mas agradable,
principalment en el local llamado Miranda, que se halla en el S.E. bajo
la montaña dicha de Sta. Magdalena, por haber en ella una ermita dedicada a
esta Santa, dependiente del monasterio; allí sentado el observador en un banco
elevado descubre á su frente á Barcelona, dominando casi en su totalidad la superfície
de la siempre concurrida Rambla; al N.E. la amena vega y los pueblos de Horta,
San Andrés del Palomar, San Martin de Provensals y un inmenso caserio que
constituye mas bien una no interrumpida población al N.O. dirigese la vista por
entre contínuas ondulaciones que forman los altos y bajos de las montañas casi
siempre cubiertas de frondoso verdor,
perdiéndose generalment la vista en el dilatado Mediterráneo; hay también otra
ermita dedicada á San Onofre, situada en el ya dicho Turó de Santa María, á
bastante elevación, en el punto que domina la plaza, y en ella mana una copiosa
fuente que riega un hermoso jardín, en el que hay un pequeño cenador con una
mesa de piedra y poyos de ladrillo, entoldado por las ramas de una parra: sitio
también muy delicioso. No es a la verdad la posición del monasterio tan halagüeña,
pero no impide que á su frente se descubra la capital del Principado, de suerte
que en dias de iluminación se ven desde
la Rambla las luces tan de cerca que á las veces parece sean del tejado del
cuartel de los estudios. (Estudis Generals, aleshores reconvertit en quarter de
l’exercit).
Cuando se llega
a la vista de San Ginés (Sant Genís dels Agudells), viniendo de Barcelona,
presentase megestuoso el edificio, elevándose su torre, bien que sin dominar
las vecinas montañas. Antes de ingressar en él se encuentra una plaza a cuya
derecha se hallan dos casas de mala construcción, y en su centro se levanta una
cruz de piedra en el dia bastante deteriorada. El edificio no guarda orden
alguno en su construccion: la puerta principal hace frente al S.O. También
tiene otras dos por la parte del E. en la que el edificio forma imperfectos
rebellines, y como la montaña que le domina se halla a tan poca distancia,
figura en cierto modo un foso: de estas dos puertas una da ingreso á un pequeño
corredor que conduce a la Iglesia y la otra á la bodega del monasterio por la
que tiene también comunicación: frente de esta Puerta secundaria de la Iglesia
hay una Fuente con un caño bronceado cuya agua es muy buena: la parte del S.,
que con alguna impropiedad puede decirse forma la fachada principal del
edificio, presenta una cortina sostenida en parte por un antiguo arco y la
piedra de la misma montaña sobre la que se descubren antiguos fragmentos: hace
frente á Barcelona, y en ella estan las ventanes y balcones de las celdas de
uno y otro piso, teniendo ambos una bonita galeria modernamente construïda que
á la de arriba dan los cuartos que sirven de enfermería. Mirada esta parte del
edificio desde la carretera parece formar el segundo cuerpo ó piso de la obra, pero
desde la plaza que da ingreso al monasterio se ve que es el primer piso, pues
el que se halla debajo se encuentra en la misma superfície de la entrada, lo
que prueba la atrevida construcción de la obra. En medio de ella se halla la Iglesia,
á la que además de la puerta ya indicada se entra por la principal, que se
halla en un pequeño pero alegre claustro que rodea un jardinito o plazuela muy
buen blanquejada, y embaldosada; tiene varios arcos de piedra en cuyas 4 claves
estan las armas reales, en la parte derecha del escudo las de Aragón, en las
otras dos flores de lis, y dos peces que parecen barbos: hállanse entrando en
ella, á mano derecha la capilla de la Virgen del Patrocinio, la de San Miguel, y
la Sacristia; y á la izquierda la de San Juan, la del Sto. Cristo, y la del
Cristo de la Agonía, que en otros tiempos se apellidaba capilla de los Reyes, y
aun hoy se conservan los bustos de piedra de San Melchor, San Gaspar y San
Baltasar. El altar mayor es de orden
gótico como el resto del edificio y se conoce que la imagen de estatura natural
de San Gerónimo y el nicho en que està colocada no tienen la misma antigüedad: la
parte del altar mayor, sacristia y el Cristo de la Agonia estan elevados sobre unos
dos palmos de la superfície ordinària y cerrados por una fuerte verja de hierro:
cada una de las demàs capillas tiene igual cerradura bien que sin comunicación
alguna entre si. La torre se eleva en el centro del edificio; tiene dos cuerpos
y tres campanes y en su linterna las del reloj. En el claustro de que habemos
hablado hay una capilla de San Sebastián: en ella se ven dos sepultures, una
para seculares y otra para los religiosos; y en ella se reunen los pedres para
algunos actos de comunidad. ( Sala capitular). Como a ½ cuarto de legua del
monasterio en la parte del S.O., se forma una profunda hoya casi circular y en
lo último de ella brota una hermosa y cristalina fuente llamada la Tenebrosa,
cuya agua es muy apreciada. El fresco que reina en este sitio sombreado por los
árboles y arbustos de que estan pobladas las faldes de la montaña que le rodean,
el canto de la multitud de aves que en él anidan, y la soledad que reina, le
hacen apreciable y se lleva la preferència de los concurrentes en los dies de reunions,
cuyos principales son el 30 de setembre y el domingo inmediato, y así es que
son tantes las señales de hogueras, que parece haya servido de campamento.
Este monasterio
tubo principio en el siglo XIV: queriendo algunos varones piadosos imitar la
vida eremítica de San Gerónimo, retirándose, huyendo del bullició de las
grandes ciudades, á las cercanias de Barcelona; eligieron el local mismo que
hoy ocupa el monasterio, y entre las breñas de la encumbrada roca edificaron
una capilla y algunes celdillas, ó mas bien miserables chozas. El principal era
un sacerdote llamado fray Francisco Soler; tenian alguna forma de comunidad y obediència,
aunque sin voto. Cuando estos religiosos llegaron, conocíase el termino con el
nombre Valle de Huerta (Horta): la fundación de la capilla dió motivo á que los
habitants de los pueblos le apellidasen Vall ó Collado de los Santos Hermanos
de San Gerónimo; però estos, por un espíritu de humildad, haciendo abnegación del honor mismo que de este nombre les resultára
le pusieron el nombre de Valle de Hebron, por fertilidad y semejanza al valle
de Mambre, donde vivió el santo Patriarca Abraham, bien que tambien pudieron
darle este nombre, porque la voz Hebron significa compañía. Sabedora la reina
Dª Violante, segunda muger de D. Juan I
de Aragón, de las virtudes de estos hermitaños, fué á visitarlos, estando en
Barcelona, en el año 1393, y como viera la misèria en que estaban sumidos y que
las celdas major parecieran sepultures de muertos que habitacions de un ser
racional viviente, desde luego mandó les diesen lo necesario para comer y vestir, y determino
edificar un convento; al efecto concedió en Valencia en el mismo año 1393, el privilegio de que cuando comprasen
los PP. Para el futuro monasterio de Huerta ó de Hebron, fuese libre de todo
pecho y tributo, y todos cuantos privilegios gozaba el monasterio de Poblet.
Todas estas gracias fueron aprobadas por Clemente VII durante su permanència en
Aviñon.dotó la reina el monasterio con 200 libras torneses (2.000 reales de
vellón), y desde luego dió 3.000 florines, cantidad de bastante consideración
si se considera la penúria de los fondos reales en aquella época. El Obispo de
Lérida Gerardo, juez comisario señalado por el Papa, á fin de instruir el
espediente necesario para la fundación del monasterio, aprobó la dote, dando en
su virtud licencia en 27 de agosto de 1393, siendo la primera casa real del
órden de san Gerónimo. La reina deseando organitzar la comunidad, suplico al
prior de Cotalba, Juan Ibañez, á fin de que con algunos compañeros viniera á
vivir en este monasterio. Vino en efecto acompañado de D. Juan Royer, con 7
religiosos de su convento, y tomo posesion, en el mismo año, del terreno que
pertenecía á Bernardo de Pla maestro de
capilla en la catedral de Barcelona. En 14 de julio de 1394 se pusieron los
cimientos del edificio y se fué fundando poco a poco hasta el año 97, pero sin
concluirse la obra; porque siendo ya pobre y viuda la Reina, á pesar de que en
este estado asignó al monasterio 1.000 sueldos anuales mientras viviera y le
donó varias cantidades, la obra no podia adelantar, por cuya razón Beltran Nicolas (Bertran Nicolau), comerciante de
Barcelona, se ofreció á construir 2
ermitas y 12 celdas, y cercar con paredes el territorio; pero habiendo los PP. consultado
con la Reina, ésta no quizo que se admitiera el ofrecimiento, dando por razón que
ella ó alguna persona real lo acabaria; a pesar de esto Beltran Nicolas en su
testamento otorgado en 1413, dejó un legado de 90.000 sueldos en favor del
convento.
En 1438 visitó
este monasterio Doña Maria, muger de D.
Alfonso V, llamado el Sabio, y contribuyó con algunes cantidades á la
edificación de algunas celdas, refectorio, dormitorio, etc., dejando un legado
de 4.000 florines, y una relíquia del Lignum-Crucis, en el testamento que hizo en el
monasterio del Carmen de Zaragoza en 21
de febrero de 1457.
Por privilegio
de Benedicto XIII la Iglesia de San Ginés de Agudells se entrego al monasterio
con diezmos, etc., y este ponia un sacerdote para servir la cura de almas. En
la actualidad està servida por un presbítero secular nombrada por el monasterio,
en virtud de presentación episcopal; pero sigue el monasterio percibiendo los
diezmos, de los que estraen la còngrua sinodal al cura párroco.
Era
consiguiente que los PP. de este
monasterio sufriesen los desastres de la invasión francesa de 1808. En efecto,
el dia 3 de junio de este año fué sorprendido el convento por los franceses,
con el pretesto de que los religiosos protegian la deserción de los soldados de
su ejército: amenazaron con la muerte a los religiosos, robándoles diferentes
objetos. En 12 de agosto del mismo año fué saqueado y quemado el monasterio:
por fortuna algunos Hombres robustos y
valerosos entraron dentro del claustro antes de arder todo: abrieron por dos
partes el tejado del claustro, haciendo iguales aberturas en su piso, y con
estas diligencias se detuvo el rápido curso del fuego, y luego salvarse lo
demàs que quedava. No tuvieron tal suerte la sacristía, librería (era bastante
capaz y contenia volumenes muy apreciables), enfermería y celdas del corredor
de abajo, pues todo esto estaba tan encendido que no fué possible maniobrar
para apagar el fuego. La casa de los mozos, la carpintería y la cocina fueron
también quemadas, y de la parte exterior solo pudo salvarse la casa llamada
Badia. Posteriorment se reedificó, según queda anteriorment manifestado.”
Amb aquesta breu, però interessant ressenya queda explicada
la història del monestir de Sant Jeroni de la Vall d’Hebron en el Diccionario
Geográfico Universal. Dissortadament trobem a faltar en la narració la
resposta a moltes llacunes i dubtes, conseqüència possiblement de la brevetat obligada
del text, pròpia altra banda d’un diccionari. Sempre lamentarem doncs que el redactor
no hagués aprofundit amb major intensitat en la seva història, tractant-se
d’una persona coetània dels darrers moments de la vida monacal de Sant Jeroni i
amb accés al seu arxiu, avui dia perdut en gran part.
Jeroni abans de 1835. Dibuix de George Vivian. Biblioteca Nacional de España